En fechas navideñas, es todo un clásico ver como las noticias abren su cabecera con los ganadores de la lotería celebrando su suerte frente a las cámaras. No es para menos, el poseedor de un décimo ganador de lotería se convierte en beneficiario del premio, pudiendo cobrar el mismo en cualquier administración de lotería o sucursal bancaria.
Por
tanto, podemos decir que un décimo de lotería funciona como un cheque al
portador. Esa característica es precisamente la que hace tan atractivo la
compra de un billete premiado para blanquear dinero.
Casados con la fortuna
En los últimos años, han sido varios los casos judiciales en los que se ha puesto de manifiesto la compra de billetes de lotería con el único fin de blanquear fondos provenientes de delitos como la corrupción o el narcotráfico.
En
el juicio celebrado contra el clan de los Charlines, vinculado al narcotráfico
gallego, quedó acreditada la adquisición entre 2002 y 2005 de billetes
premiados de lotería por valor de 2.281.191 euros, por parte de varios miembros
del clan.
Otro
de los casos en los que parecía que el acusado estuviera casado con la
mismísima diosa Fortuna, fue el de Juan Antonio Roca. El ex asesor de Urbanismo
del Ayuntamiento de Marbella y principal cabecilla de la trama Malaya, afirmó
en el juicio que en 15 años había sido agraciado aproximadamente con 50 premios
de la lotería de gran importe. Un cálculo realizado por los investigadores fijó
la probabilidad de que una persona ganara tantas veces la lotería en 1 entre 43
cuatrillones.
Otro
caso muy mediático fue el de Carlos Fabra, ex presidente de la Diputación de
Castellón. Según sus propias afirmaciones, ganó 4 grandes premios de la lotería
entre 2000 y 2011. Durante esos años llegó a blanquear mediante este método 2,2
millones de euros.
No
hay que olvidar tampoco, el caso del ex alcalde de Santa Cruz de Tenerife,
Miguel Zerolo. Presuntamente, en 2001 ganó alrededor de 60.000 euros en la
lotería de Navidad y en la del Niño celebrada unos días después. Necesitó
comprar en esta ocasión 145 décimos ganadores.
En la operación Púnica también se puso de manifiesto la conexión entre corrupción y blanqueo de capitales a través de la compra de billetes premiados. Francisco Granados, ex secretario general del PP de Madrid, afirmó haber sido agraciado con 8 premios de lotería entre diciembre de 2002 y marzo de 2004, por los que percibió 257.412 euros.
¿Cómo funciona esta técnica?
El funcionamiento de esta técnica es muy sencilla. El delincuente dispuesto a blanquear se pone en contacto con el titular de un billete premiado, y le plantea la compra del boleto por el precio del premio más una comisión.
El
blanqueador suele hacer uso de un intermediario para que le busque y le ponga
en contacto con los ganadores de los distintos sorteos. Estos intermediarios,
suelen ser personas que disponen de esa información por el desempeño de su
función. Principalmente se trata de trabajadores de administraciones de lotería
o empleados de banca.
En
cuanto a la comisión que paga el blanqueador, el Sindicato de Técnicos de
Hacienda (GESTHA) calcula que ronda entre un 10 y un 20%, que tendrá que
repartir entre el intermediario y el ganador real del premio.
Medidas antiblanqueo
Una
de las primeras medidas antiblanqueo tomadas en este campo fue la actualización
del Reglamento de la Ley 19/1993 sobre determinadas medidas de prevención del
blanqueo de capitales, a través del Real Decreto 54/2005. En el artículo 16 del
mismo, se incluye como sujetos de obligaciones específicas a las
administraciones de lotería y otros juegos de azar.
Otra
de las medidas antiblanqueo llevadas a cabo en los últimos años es la entrada
en vigor de un gravamen especial de un 20% sobre premios de loterías que
superen los 2.500 euros.
Esta
medida entró en vigor el 1 de enero de 2013 surge de la modificación de la
Disposición Adicional trigésima tercera de la Ley 35/2006, del I.R.P.F. y de
modificación parcial de las leyes de los Impuesto sobre Sociedad, sobre la
Renta de no Residentes y sobre el Patrimonio, a través de la Ley 16/2012, en la
que se adoptan diversas medidas tributarias dirigidas a la consolidación de las
finanzas públicas y al impulso de la actividad económica.
Aunque
pueda parecer que esta medida tenga un fin exclusivamente recaudatorio,
realmente aspira a obstaculizar esta técnica de blanqueo de capitales.
Y
es que, desde la entrada en vigor de dicho gravamen, el blanqueador tendrá que
pagar la comisión, que como ya hemos dicho, se estima que puede llegar al 20%,
y además tendrá que abonar un 20% de impuestos. El coste de esta técnica de
blanqueo alcanzaría un 40% del total, lo que la convertiría en poco rentable y
atractiva para el blanqueador.
No obstante, la aprobación a mediados de 2018 por la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados de la exención de tributar de los premios de hasta 10.000 euros en 2018, 20.000 euros en 2019 y 40.000 euros en 2020, puede estimular el uso de esta técnica nuevamente.
Consecuencias para el ganador real
El ganador real se enfrenta a varios problemas al vender el billete premiado. Uno de ellos es que la compra del billete se hace con dinero en efectivo. El delincuente consigue blanquear el dinero equivalente al premio alegando que ha sido agraciado en la Lotería. En cambio, el ganador real que ha venido el boleto, percibe el dinero en metálico por lo que no podrá justificar ante Hacienda el origen del mismo, siendo el propietario de dinero negro.
Legalmente
se puede incurrir en diferentes infracciones o incluso delitos. En el caso de
incurrir en un delito fiscal, la pena de prisión podría oscilar entre 1 y 4
años, y en el caso de incurrir en un delito de blanqueo de capitales, entre 6
meses y 6 años.
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